«….»

Volvió.

Corriendo. Apurado. Sin sentido. Aturdido. La ciudad hacía de él aquello que renegaba. Respiró. Se recostó. Tomó un te con limón, jengibre y miel. Leyó un extracto de»Humano, demasiado humano»,apagó la luz y meditó sobre lo leído.
Y se levantó siendo una langosta.

Kafka lo había logrado de nuevo.

Anuncio publicitario

Un comentario en “«….»

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s