Mundos imaginarios

A veces me gustaría tener la conducta de sentarme a escribir horas y horas, a veces me gustaría ser un escritor.

Tenía mas constancia cuando fumaba.

Con el tiempo he perdido cierta lucidez para narrar rarezas y viré hacia cuestiones mas cotidianas pero… me falta el vuelo y la insensatez con la que solía escribir.

Cuestiones cotidianas.

¿Desde que postura me ubico para creer que puedo analizar situaciones cotidianas?
¿Por qué me alejo de escribir mundos imaginarios?

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«….»

Volvió.

Corriendo. Apurado. Sin sentido. Aturdido. La ciudad hacía de él aquello que renegaba. Respiró. Se recostó. Tomó un te con limón, jengibre y miel. Leyó un extracto de»Humano, demasiado humano»,apagó la luz y meditó sobre lo leído.
Y se levantó siendo una langosta.

Kafka lo había logrado de nuevo.

Prosa urgente para los tiempos que corren. (Parte 2) «Ni lo intenten».

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Ni lo intenten.
Córdoba, 150 mil personas. Buenos Aires, 500 mil personas.
¿Escucharon? Ni lo intenten. Porque cada vez que lo intentes te vamos a reventar las calles de gente. En las calles no hay lugar ni para una sola bestia de aquel infierno. Maduramos, crecimos. Una y otra vez te vamos a llenar la calle de pueblo, de sentidos y de historia. De orgullo y de amor.

A tu terror, nuestra Memoria.
A tus medios, nuestra Verdad.
A tu impunidad, nuestra Justicia.

Porque sabemos que están ahí, aunque traten de esconderse atrás de un puñado de cínicos y cobardes de buenos modales disfrazados de gobernantes, los mismos que matan al pueblo día a día sin que se les borre la sonrisita de la cara, que te usan para que vos hagas el trabajo sucio. Porque ellos no tienen los huevos ni de hacerlo ni de decirlo; y claro, de lo contrario no habrían llegado donde llegaron. Sabemos que están ahí.

Ni lo intenten.

“¿Un hueco o un cable?”

No escribía, garabateaba letras de dudosa procedencia. Una disociación literaria, eso era. Una forma de escapar, pero encerrado…

Prisionero de las palabras.

Si tan solo fuese capaz de abstraerse, torcer el rumbo de sus tormentas y forzar un nuevo punto de vista. Pero se pierde y todo vuelve a ser nada.

Y no deja de preguntarse si lo que está al frente de su cara es un hueco o un cable. Pero en cinco minutos se preguntará otra cosa y otra en otros pocos minutos más y así no termina y no deja de empezar. Nunca deja de empezar.

«Debería haberlo leído antes»

Por fin me levanto de la maldita cama, hay dos paquetes de cigarrillos tirados en el suelo, uno vacío, el por la mitad. La caja vacía tiene una leyenda que dice: “Fumar causa enfermedad grave en la boca.” Lo pienso por un segundo y concluyo que el problema con mi boca no es lo que sale de ella, sino lo que entra.

La segunda caja dice: “Fumar causa problemas en el embarazo”, de esto no debo preocuparme ya que no estoy buscando.

Miro las botellas vacías que cubren la mesa y el piso, son muchas y en su cuerpo desnudo se puede leer: “Beber con Moderación”.

Debería haberlo leído antes…